La Próxima Vez
El humano y su errada idea de que siempre habrá una próxima vez, de guardarse todo lo que quiere hacer o decir porque "ya después" "¿Para qué?" "¿Qué caso tiene?" y ese infinito miedo a los "Y que tal si..." esa idea, ese guardarse y ese miedo infinito, son los mismos que nos roban los momentos, las oportunidades, los recuerdos...
Hoy hace ya no sé cuántos días desde tu partida, y sigo sin poder asimilarlo, sigo sin querer creerlo, sigo deseando poder aferrarme a la idea de que te fuiste por un tiempo y vas a volver en cualquier momento, así como siempre hacías, así tan volátil. Sigo atada a la idea de que estoy bien sin ti, de que no me harás falta, de que las cosas pasan por alguna razón, de que el tiempo va a ayudarme, de que ahora estás en paz, sin dolor, sin sufrimiento, sin resentimientos, sin deudas que pagar ni secretos que ocultar, y sí, es verdad, estás en un lugar mejor, ya no sufres, ya no te cuesta vivir. Pero nos dejaste aquí, a todos los que te amamos, nos dejaste con tanto de ti que no sabemos dónde meterlo, qué hacer con ello, ¿Cómo hacer para cargar todo este peso de tu ausencia sin hundirnos?
Hoy soñé contigo ¿Sabes? y fue eso lo que me inspiró a por fin poder escribir, no quería tocar el tema, no quiero tener que aceptarlo, no quiero que sea verdad, no quiero estar sin ti, sin tus locuras, sin tus palabras tontas y tus frases tan tuyas y tan nuestras ahora, no quiero, no quiero, nunca querré. Te abrazaba en ese sueño, te abrazaba como nunca lo hice y te decía llorando cuánto te amaba y cuánto te iba a extrañar, te lo dije tanto como nunca lo hice y me mata saber que ya no tiene sentido, que cuando pude no te lo dije, que cuando pude nunca lo hice, me ganó el orgullo y la dignidad, así como a ti, y preferí callarlo, así como tú, y no sabes cuánto me gustaría regresar el tiempo.
No tienes idea de cuánto te extraño y cuánto duele saber que ya no estás, que no importa cuantas veces duerma y despierte o me vaya y regrese, tú ya no estarás, que no volveré a escuchar tu risa escandalosa, ni tus chiflidos, ni tus inventadas canciones, ni tus tarareos, ni tus pasos y no quiero acostumbrarme a estar sin ti, me aterra la idea de acostumbrarme a vivir sin todas esas cosas que te hacían la maravillosa persona que eras, no quiero olvidarme jamás del sonido de tu voz, ni de tu olor, ni de tu sonrisa, me destroza haberme dado cuenta tan tarde de lo mucho que te amaba, que te amo, y quedarme con todo ese amor porque ya no tengo a quién dárselo.
Me duele en el alma que me hablen de ti, que te mencionen, que se llenen la boca con tu nombre, no quiero que nadie te toque ni pregunte por ti, porque no puedo, porque no sé si algún día pueda mencionarte sin llorar, sin sentirme vacía, sin extrañarte tanto que quema. Quiero ser fuerte, quiero ser valiente, quiero ser como tú quisieras que fuera, pero no puedo, estar sin ti ha superado todo dolor que algún día pudiera haber sentido. ¿Cómo te fuiste sin decirnos cómo vivir sin ti? ¿Qué hacemos con todo ésto con lo que nos quedamos? Nunca, nada, ni nadie va a llenar éste vacío y eso de que el tiempo ayuda a sanar es la mentira más grande, el tiempo no ayuda a nada, sólo aprendes a vivir con el dolor, porque una herida así jamás cierra, jamás deja de sangrar.
¿Sabes? Hay días en los que me siento mejor, despierto con mi mar en calma y me paso todo el día pensando en todas las cosas hermosas que dejaste en mí y me río, y te recuerdo así, con todas tus locuras y tus imperfecciones, pero a veces, hay días que la tormenta me despierta, que todas esas cosas hermosas que dejaste en mí, todas tus locuras y tus imperfecciones, me recuerdan que jamás volveré a tenerlas, que jamás volveré a verte, que jamás volveré a escucharte y no puedo conmigo, lloro tanto que pierdo el aliento, y es ahí cuando descubro que es verdad eso de que el dolor se vuelve físico, te falta el aire, es un hueco inllenable en el pecho, que duele, quema, es tener gritos de desesperación ahogados en forma de nudo en la garganta que hace que te duela la cabeza, llorar hasta no sentir más las lágrimas corriendo por las mejillas.
No ha sido ni será fácil vivir sin ti, quiero pedirte perdón si alguna vez te fallé, perdón si no supe amarte, perdón si no recibiste de mí lo que esperabas. Te amo y extraño tanto que me duele, mi mente se llena de "si hubieras" y de dudas cada vez que te cuelas en ella, pero sé que no puedo seguir así, sé que debo levantarme, porque quiero honrarte, quiero que te sientas orgulloso de lo que hago, que donde quiera que estés, sepas que en todo lo que hago hay un pedazo de ti, que una parte de mi vida se fue contigo y que siempre vamos a estar unidos, aunque no estés, porque nunca voy a olvidarte y porque voy a vivir para que nadie te olvide, para recordarte y contarle a todos lo increíble que fuiste y lo desafortunados que son por no haber tenido la oportunidad de coincidir contigo, de conocerte, de que les dieras un apodo.
Te amo y voy a amarte siempre, la próxima vez que nos veamos, voy a abrazarte tan fuerte que me vas a pedir que pare, la próxima vez que te vea, te voy a contar cuánto te extrañé y cuánta falta hiciste en mis días, ya no me voy a callar ni a guardar nada, voy a contarte todas mis aventuras para que te rías un rato y voy a gozar infinitamente de tu presencia, sin interrupciones, sin despedidas, sin orgullos ni rencores, la próxima vez que te vea, será para nunca separarnos, para disfrutar juntos de todo aquello de lo que ya disfrutas tú. Apártame un lugar, espérame, cuídame y ayúdame a sobrellevar estar sin ti, espérame hermano, espérame, que la próxima vez que nos veamos...Será para siempre.
Hoy hace ya no sé cuántos días desde tu partida, y sigo sin poder asimilarlo, sigo sin querer creerlo, sigo deseando poder aferrarme a la idea de que te fuiste por un tiempo y vas a volver en cualquier momento, así como siempre hacías, así tan volátil. Sigo atada a la idea de que estoy bien sin ti, de que no me harás falta, de que las cosas pasan por alguna razón, de que el tiempo va a ayudarme, de que ahora estás en paz, sin dolor, sin sufrimiento, sin resentimientos, sin deudas que pagar ni secretos que ocultar, y sí, es verdad, estás en un lugar mejor, ya no sufres, ya no te cuesta vivir. Pero nos dejaste aquí, a todos los que te amamos, nos dejaste con tanto de ti que no sabemos dónde meterlo, qué hacer con ello, ¿Cómo hacer para cargar todo este peso de tu ausencia sin hundirnos?
Hoy soñé contigo ¿Sabes? y fue eso lo que me inspiró a por fin poder escribir, no quería tocar el tema, no quiero tener que aceptarlo, no quiero que sea verdad, no quiero estar sin ti, sin tus locuras, sin tus palabras tontas y tus frases tan tuyas y tan nuestras ahora, no quiero, no quiero, nunca querré. Te abrazaba en ese sueño, te abrazaba como nunca lo hice y te decía llorando cuánto te amaba y cuánto te iba a extrañar, te lo dije tanto como nunca lo hice y me mata saber que ya no tiene sentido, que cuando pude no te lo dije, que cuando pude nunca lo hice, me ganó el orgullo y la dignidad, así como a ti, y preferí callarlo, así como tú, y no sabes cuánto me gustaría regresar el tiempo.
No tienes idea de cuánto te extraño y cuánto duele saber que ya no estás, que no importa cuantas veces duerma y despierte o me vaya y regrese, tú ya no estarás, que no volveré a escuchar tu risa escandalosa, ni tus chiflidos, ni tus inventadas canciones, ni tus tarareos, ni tus pasos y no quiero acostumbrarme a estar sin ti, me aterra la idea de acostumbrarme a vivir sin todas esas cosas que te hacían la maravillosa persona que eras, no quiero olvidarme jamás del sonido de tu voz, ni de tu olor, ni de tu sonrisa, me destroza haberme dado cuenta tan tarde de lo mucho que te amaba, que te amo, y quedarme con todo ese amor porque ya no tengo a quién dárselo.
Me duele en el alma que me hablen de ti, que te mencionen, que se llenen la boca con tu nombre, no quiero que nadie te toque ni pregunte por ti, porque no puedo, porque no sé si algún día pueda mencionarte sin llorar, sin sentirme vacía, sin extrañarte tanto que quema. Quiero ser fuerte, quiero ser valiente, quiero ser como tú quisieras que fuera, pero no puedo, estar sin ti ha superado todo dolor que algún día pudiera haber sentido. ¿Cómo te fuiste sin decirnos cómo vivir sin ti? ¿Qué hacemos con todo ésto con lo que nos quedamos? Nunca, nada, ni nadie va a llenar éste vacío y eso de que el tiempo ayuda a sanar es la mentira más grande, el tiempo no ayuda a nada, sólo aprendes a vivir con el dolor, porque una herida así jamás cierra, jamás deja de sangrar.
¿Sabes? Hay días en los que me siento mejor, despierto con mi mar en calma y me paso todo el día pensando en todas las cosas hermosas que dejaste en mí y me río, y te recuerdo así, con todas tus locuras y tus imperfecciones, pero a veces, hay días que la tormenta me despierta, que todas esas cosas hermosas que dejaste en mí, todas tus locuras y tus imperfecciones, me recuerdan que jamás volveré a tenerlas, que jamás volveré a verte, que jamás volveré a escucharte y no puedo conmigo, lloro tanto que pierdo el aliento, y es ahí cuando descubro que es verdad eso de que el dolor se vuelve físico, te falta el aire, es un hueco inllenable en el pecho, que duele, quema, es tener gritos de desesperación ahogados en forma de nudo en la garganta que hace que te duela la cabeza, llorar hasta no sentir más las lágrimas corriendo por las mejillas.
No ha sido ni será fácil vivir sin ti, quiero pedirte perdón si alguna vez te fallé, perdón si no supe amarte, perdón si no recibiste de mí lo que esperabas. Te amo y extraño tanto que me duele, mi mente se llena de "si hubieras" y de dudas cada vez que te cuelas en ella, pero sé que no puedo seguir así, sé que debo levantarme, porque quiero honrarte, quiero que te sientas orgulloso de lo que hago, que donde quiera que estés, sepas que en todo lo que hago hay un pedazo de ti, que una parte de mi vida se fue contigo y que siempre vamos a estar unidos, aunque no estés, porque nunca voy a olvidarte y porque voy a vivir para que nadie te olvide, para recordarte y contarle a todos lo increíble que fuiste y lo desafortunados que son por no haber tenido la oportunidad de coincidir contigo, de conocerte, de que les dieras un apodo.
Te amo y voy a amarte siempre, la próxima vez que nos veamos, voy a abrazarte tan fuerte que me vas a pedir que pare, la próxima vez que te vea, te voy a contar cuánto te extrañé y cuánta falta hiciste en mis días, ya no me voy a callar ni a guardar nada, voy a contarte todas mis aventuras para que te rías un rato y voy a gozar infinitamente de tu presencia, sin interrupciones, sin despedidas, sin orgullos ni rencores, la próxima vez que te vea, será para nunca separarnos, para disfrutar juntos de todo aquello de lo que ya disfrutas tú. Apártame un lugar, espérame, cuídame y ayúdame a sobrellevar estar sin ti, espérame hermano, espérame, que la próxima vez que nos veamos...Será para siempre.
Comentarios
Publicar un comentario